viernes, 5 de noviembre de 2010

Comentarios sociales

Una receta particular para que un blog se convierta en un diario personal que nadie lee pero al que todo el mundo tiene acceso: cree el blog, dígaselo a sus conocidos y amigos, escriba unas cuantas entradas, y después deje de escribir durante meses. Garantizado: nadie leerá sus entradas. Y es que la mejor manera de esconder algo es ponerlo a la vista de todo el mundo, de este modo instantaneamente pierde interés en el ingente bullicio del día a día, sea este virtual o físico ( me resisto a poner "real", ya que lo virtual en ocasiones es más real que lo físico, lamentablemente).

En fín, que tras una laaaarga ausencia meditada vuelvo a escribir mis elucubraciones, ahora en la atestada soledad del anonimato en un blog desconocido (al fin solos).

Últimamente me da por pensar más a menudo sobre la naturaleza humana. Es un mal vicio, ya se lo voy adelantando; de esos que dan importantes quebraderos de cabeza pero de los que se saca poco (por piedad no diré el más realista nada) en claro. Y estaré en un estado especialmente negativo, pero las conclusiones a las que llego no son nada alentadoras. La humanidad se mueve, se ha movido y se moverá por la satisfacción de deseos e intereses personales. El hecho de que el hombre sea un animal gregario solo añade el factor de distinción de desarrollar esta búsqueda de la satisfacción personal en medios y por medio de modos sociales. Pero en esencia viene a ser lo mismo. Seguramente no descubro nada nuevo, pero como no pretendo reinventar la sociología sino símplemente explayar mis pensamientos aquí lo plasmo.

Tomemos como ejemplo los comportamientos extremos, como los crímenes por ejemplo. en esencia los móviles siempre son los mismos: Dinero, drogas, sexo, influencia, poder. Vamos: la búsqueda de la satisfacción de los deseos personales. El dinero como máxima representación de deseo materialista (posesiones). Las drogas y el sexo como exponentes de deseo corporal (sensaciones). Y la influencia y el poder como representaciones del deseo social (reconocimiento, aceptación, liderazgo). Básicamente aunque estén más entremezcladas, por ejemplo una atractiva pareja sexual conlleva también una cierta satisfacción del deseo de reconocimiento social. Dejando aparte los criminales y centrándonos en la persona media, según la personalidad de cada individuo cada uno de estos factores tendrá un peso mayor o menor, pero vienen a ser los mismos.

El mismo comportamiento acaba dándose con los supuestos grandes asuntos de la sociedad: la política, los altos directivos, la justicia, la religión. NUNCA debemos olvidar que, en el fondo de la cadena, los asuntos están en manos de personas individuales, que tienen los defectos (y las virtudes claro) de los seres humanos. Por eso en altas esferas siempre fue más fácil conseguir algo por la vía personal, aunque luego se ponga el Sistema de por medio como protección. Pero los comportamientos son los mismos. Esto nuevamente es más evidente en los casos de corrupción, donde cada mandatario se ha movido por intereses exclusivamente personales en perjuicio de la legalidad y el bien común (que coincidan o difieran es otra historia) que supuestamente debe proteger. Pero no exclusivamente a ese nivel. En cualquier negociación grupal siempre fue más fácil llegar a intereses convenciendo por los medios que sean necesarios a los interlocutores que resolviendo los problemas de fondo de la negociación.

Lamentablemente esto es más cierto que nunca con los altos cargos políticos y directivos de las empresas. La inmensa mayoría, sobretodo cuanto más grande es la empresa, toman decisiones sobre temas que solo conocen superficialmente, ya que "no pueden conocer todos los detalles de cada operación". Mi pregunta es si esa imposibilidad es por motivos de tiempo o funcional (son incapaces). Lo que tengo clarísimo es que no quieren. No quieren que los entierren en los detalles de los proyectos. No quieren oir hablar de problemas, solo de soluciones. Por eso se rodean de gente que les hable en positivo y plantee soluciones, y les cuente el fin de semana en Ibiza y lo soleado que estaba ayer el campo de golf, y sonrían y les alaben aunque sea falsamente. Aborrecen verse arrastrados al fango del día a día y la resolución de problemas reales. Son conscientes, porque está claro que si han llegado hasta allí tontos del todo no son, de que eso supone dar soluciones reales, que por supuesto plantearan nuevos problemas reales y por las que pueden ser juzgados, y eso es la última posición en la que quieren verse, a no ser que no tengan más remedio. E incluso en esos casos siempre hay alguien a quien echarle la culpa, algún subordinado o información mal recibida. Por eso, al contrario que en los equipos de fútbol, se suele echar a los jugadores mucho antes de al entrenador.

Me gusta terminar los posts, y los comentarios en general, con la aportación de alguna solución. Algo que deje la sensación de que al menos hemos dejado encerrada la esperanza, como en la caja de Pandora. Sin embargo esta vez no puedo. Por más vueltas que le dé mientras los humanos seamos como somos, y en este aspecto no hemos cambiado un ápice en milenios, esto seguirña igual. El único consejo que me permito lanzar desde aquí es que no nos dejemos engañar cada vez que alguien quiera vendernos la moto de la revolución revolucionaria que convertirá la paja en oro y los pordioseros en reyes. Por muy bienintencionado que sea (y esos serán los menos, créanme) cualquiera que acometa cambios solo modificará la superficie, pero en esencia la gente seguirá moviéndose por la satisfacción personal. Símplemente que seamos conscientes de ello.

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